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lunes, 3 de febrero de 2020

Pedro de Mena



Pedro de Mena y Medrano, escultor. Nació en Granada en 1628 y murió en Málaga en 1688 a los 60 años de edad.
Al igual que su padre, Pedro se dedicó principalmente a la realización de imaginería religiosa. Es especialmente reconocido por sus esculturas de María Magdalena en situación suplicante, que ha sido denominada como Magdalena Penitente que se encuentra en el Museo del Prado.

Familia

Sus padres fueron el ilustre escultor Alonso de Mena y su segunda esposa Juana de Medrano. Contrajo matrimonio con Catalina de Vitoria y Urquízar, con la que tuvo 14 hijos quedando en vida sólo cuatro, José, que fue capellán de la Capilla Real de Granada y Juana, Andrea y Claudia que fueron religiosas.

Inicios profesionales

Sus primeros años de aprendizaje los pasó en Granada con su padre. Al fallecimiento de su padre en 1646, Pedro con 18 años, se hizo cargo del taller, que compartió a partir de 1652 con Alonso Cano con quien trabajó y colaboró estrechamente. Gracias a esta colaboración, Mena pudo asimilar unos procedimientos de trabajo más elaborados y un nuevo concepto estético. Permaneció en Granada hasta 1658.

Málaga

En 1658 fue llamado por el obispo de Málaga, Diego Martínez de Zarzosa, para que realizase la sillería del coro de la Catedral de la Encarnación de Málaga, que es su obra más reconocida. En esta obra mostró su gran habilidad técnica y su capacidad para crear una gran variedad de rostros, tipos y composiciones. En Málaga, montó su taller definitivo con gran éxito de encargos, hasta su fallecimiento en 1688.

Toledo

Estuvo en Toledo durante un periodo corto de tiempo y talló el San Francisco conservado en el Tesoro Catedralicio, que es una de sus obras más valoradas. De pequeño tamaño, como era habitual en el arte granadino, aparece de pie, erguido, con la cabeza algo levantada y ojos dirigidos al cielo.  Debido al gran impacto que produjo la imagen de San Francisco, fue nombrado escultor de la catedral durante dos años.

Estilo

Su estilo es el barroco y sus esculturas propenden al formato reducido y a la sobria gesticulación; elevan los ojos al cielo: cabezas ovaladas, ojos rasgados y boca reducida. En el ropaje remeda delgados tejidos formando pliegues sutiles y trabaja las texturas con detenimiento.
Gran creador de prototipos, de algunas iconografías hace series muy numerosas, y no suele realizar conjuntos ni retablos, ni tampoco pasos procesionales, pero deja firmadas un gran número de obras. 
El realismo en las encarnaduras, se muestra claramente en su Magdalena Penitente, «Dolorosas» y «Ecce Homo».
En este Internet se pueden encontrar la relación de obras atribuidas a Mena que se extendieron por toda la península y algunas ciudades hispanas de América.
De toda la obra de Mena, las esculturas de los Reyes Católicos para las catedrales de Granada y Málaga son las únicas que no son de tema religioso.
Mena logró un gran patrimonio que le permitió una vida holgada y una respetable posición.


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