Pedro
de Mena y Medrano, escultor. Nació en Granada en 1628 y murió
en Málaga en 1688 a los 60 años de edad.
Al
igual que su padre, Pedro se dedicó principalmente a la realización
de imaginería religiosa. Es especialmente reconocido por sus
esculturas de María Magdalena en situación suplicante, que ha sido
denominada como Magdalena Penitente que se encuentra en el Museo del
Prado.
Familia
Sus
padres fueron el ilustre escultor Alonso de Mena y su segunda esposa
Juana de Medrano. Contrajo matrimonio con Catalina de Vitoria y
Urquízar, con la que tuvo 14 hijos quedando en vida sólo cuatro,
José, que fue capellán de la Capilla Real de Granada y Juana,
Andrea y Claudia que fueron religiosas.
Inicios
profesionales
Sus
primeros años de aprendizaje los pasó en Granada con su padre. Al
fallecimiento de su padre en 1646, Pedro con 18 años, se hizo cargo
del taller, que compartió a partir de 1652 con Alonso Cano con quien
trabajó y colaboró estrechamente. Gracias a esta colaboración,
Mena pudo asimilar unos procedimientos de trabajo más elaborados y
un nuevo concepto estético. Permaneció en Granada hasta 1658.
Málaga
En
1658 fue llamado por el obispo de Málaga, Diego Martínez de
Zarzosa, para que realizase la sillería del coro de la Catedral de
la Encarnación de Málaga, que es su obra más reconocida. En esta
obra mostró su gran habilidad técnica y su capacidad para crear una
gran variedad de rostros, tipos y composiciones. En Málaga, montó
su taller definitivo con gran éxito de encargos, hasta su
fallecimiento en 1688.
Toledo
Estuvo
en Toledo durante un periodo corto de tiempo y talló el San
Francisco conservado en el Tesoro Catedralicio, que es una de sus
obras más valoradas. De pequeño tamaño, como era habitual en el
arte granadino, aparece de pie, erguido, con la cabeza algo levantada
y ojos dirigidos al cielo. Debido al gran impacto que produjo
la imagen de San Francisco, fue nombrado escultor de la catedral
durante dos años.
Estilo
Su
estilo es el barroco y sus esculturas propenden al formato reducido y
a la sobria gesticulación; elevan los ojos al cielo: cabezas
ovaladas, ojos rasgados y boca reducida. En el ropaje remeda delgados
tejidos formando pliegues sutiles y trabaja las texturas con
detenimiento.
Gran
creador de prototipos, de algunas iconografías hace series muy
numerosas, y no suele realizar conjuntos ni retablos, ni tampoco
pasos procesionales, pero deja firmadas un gran número de obras.
El
realismo en las encarnaduras, se muestra claramente en su Magdalena
Penitente, «Dolorosas» y «Ecce Homo».
En
este Internet se pueden encontrar la relación de obras atribuidas a
Mena que se extendieron por toda la península y algunas ciudades
hispanas de América.
De
toda la obra de Mena, las esculturas de los Reyes Católicos para
las catedrales de Granada y Málaga son las únicas que no son de
tema religioso.
Mena
logró un gran patrimonio que le permitió una vida holgada y una
respetable posición.
Autor: Feliciano Robles
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