Luis
Rosales Camacho, Doctor en
Filósofía, abogado, filólogo, poeta, ensayista y académico. Nació
en Granada en 1910 y murió en Madrid en 1992 a los 82 años de edad.
Miembro
de la Real Academia Española y de la Hispanic Society of
America. Le concedieron en 1982 el Premio Cervantes por el conjunto
de su obra literaria. Fue un estudioso de los manuscritos del Siglo
de Oro español.
Familia
Nació
en el seno de una familia muy conservadora. Fueron tres hermanos. No
se le conoce descendencia.
Formación
Cursó
estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de Granada,
en 1932 se trasladó a Madrid para continuar sus estudios
de Filología Románica. Siendo ya muy mayor se doctoró en
Filosofía.
Inicios
literarios
Sus
inicios en la formación literaria están relacionados con los
escritores granadinos que fueron grandes amigos suyos. En 1930,
realizó su primera lectura poética en el Centro Artístico,
Literario y Científico de Granada. Fue un asiduo tertuliano
del Rinconcillo en el Café Alameda de Granada,
donde acudían lo más granado de la intelectualidad granadina de la
época.
Estancia
en Madrid
En
1932 se trasladó a Madrid para continuar sus estudios y allí
entabló amistad con Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero, Dionisio
Ridruejo y José García Nieto. Pronto se convierte en la cabeza de
la Generación del 36 y cuyos ejes comunes, además de su afinidad y
camaradería, fueron su catolicismo intimista y
su conservadurismo en lo social.
García
Lorca
En
1936, recién iniciada la guerra civil, Ramón Ruiz Alonso,
que era miembro de la CEDA y gobernador civil de Granada,
arrestó a Federico García Lorca. El poeta se había refugiado en la
casa de los Rosales, creyendo así ponerse a salvo de represalias, ya
que en esa familia había destacados miembros falangistas. Luis
Rosales no pudo evitar su arresto y posterior ejecución de Lorca a
pesar de su posición dentro de la derecha granadina. Esa muerte
marcó la vida, tanto personal como literaria, de Rosales.
Guerra
Civil
En
1937 publicó en el diario Patria de Granada, el poema «La
voz de los muertos», probablemente uno de los más importantes
escritos durante la guerra civil, una elegía a todas las víctimas
de ambos bandos, en el que quedan fuera cualquier expresión de
triunfalismo o exaltación. A partir de ese mismo año Rosales
colaboró en la revista falangista Jerarquía.
Posguerra
En
la inmediata posguerra fue secretario de la revista Escorial,
dirigida por Dionisio Ridruejo, y fue director de Cuadernos
Hispanoamericanos.
Desde
1953 hasta 1965 dirigió la revista Estafeta
literaria, que
posteriormente pasó a llamarse Nueva
estafeta (1978-1982),
revista única en su época por incorporar entre sus colaboraciones
obras escritas en las distintas lenguas de España (castellano,
catalán, euskera o gallego).
Evolución
ideológica
Ideólogicamente
fue evolucionando desde las ideas falangistas de su juventud hacia
posiciones democráticas en su madurez.
Hacia
1949, participó de la "misión poética" con los poetas
Antonio Zubiaurre, Leopoldo Panero y el embajador Agustín de
Foxá, que recorrió diferentes países iberoamericanos previo al
restablecimiento de relaciones diplomáticas entre estos países y el
régimen de Franco.
Cargos
públicos
En 1970 fue
nombrado asesor del director del Instituto de Cultura Hispánica
y en 1973, director del Departamento de Actividades Culturales
de dicho Instituto.
Periodismo
Entre
1986 y 1992 colaboró con el diario ABC, bien escribiendo en una
columna o publicando en el suplemento semanal Blanco
y Negro. Los temas de los
escritos en dicho medio eran principalmente la música, la pintura y
la literatura.
Publicaciones
principales
“Abril”
En
1935 antes del inicio de la Guerra Civil, publicó su primer
libro “Abril”, donde enlazó el estilo de la poesía de
la generación anterior por su búsqueda estética y por la
importancia de las imágenes, aunque sin pretensiones
vanguardistas. Había en esta obra de juventud un gusto por las
estrofas clásicas y, en general, por la poesía del Siglo de
Oro. No obstante, su principal innovación es la combinación de la
temática amoroso-religiosa.
La
Casa Encendida
En
1949 publicó su libro más importante, “La
casa encendida”, largo
poema narrativo y autobiográfico. El poeta llega de noche a su casa
y ve cómo en ella se iluminan las distintas estancias que le evocan
sucesivos ámbitos de su vida emocional -la niñez y los padres, el
amigo muerto, la esposa- constituyendo un mundo, si bien mínimo,
protegido y suficiente.
Se
trata de un poema-libro –escrito en verso libre sin estrofas–
donde Rosales entremezcla lirismo y narración, existencialismo e
imaginación, racionalidad e irracionalidad.
Rimas
Representa
el máximo logro
de la poesía arraigada: Recuerdo de los padres, amor de la esposa,
la infancia y la muerte de un amigo, y, al fondo, la fe religiosa.
Por esta obra obtuvo el Premio Nacional de Poesía
Otros
libros
En
1969 publicó El contenido
del corazón por el
cual obtuvo el Premio de la Crítica.
Ya
en la década de 1970 su cosmovisión se volvió más negativa. En
esos años publicó, entre otros, los libros Segundo
abril (1972); Canciones (1973); Diario
de una resurrección (1979),
obra de contenido existencial, en la que se conjugaron clasicismo y
vanguardia; Un rostro
en cada ola (1982)
y Oigo el silencio
universal del miedo (1984).
También
dejó una importante obra de ensayo literario, de la que merecen
mencionarse los libros Cervantes
y la libertad (1960); El
sentimiento del desengaño en la poesía barroca (1966)
y Lírica
española (1972).
Estilo
poético
La
obra de Luis Rosales, que abarca todo el periodo histórico de la
Dictadura franquista, fue evolucionando desde un clasicismo a un
estilo propio cercano al vanguardismo surrealista. Se
suelen distinguir dos etapas en su obra, una más preocupada por
cuestiones estéticas, cercana al clasicismo garcilasista, y otra
posterior de experimentación vanguardista. Ambas se funden en La
casa encendida, donde la estética ya no suponen una preocupación,
sino el ejercicio de técnicas que ya domina.
En
cuanto al contenido, se ha hablado de la poesía de Rosales como la
«poesía de lo cotidiano». El amor aparece en toda su obra de forma
sosegada y tranquila, así como la memoria y el recuerdo.
Academias
En
1962 ingresó en la Hispanic Society of America y en
la Real Academia Española, su discurso de ingreso lo tituló,
“Pasión y muerte del
Conde de Villamediana”.
Premio
Cervantes
En
1982 recibió el Premio Miguel de Cervantes como reconocimiento a
toda su obra.
Otros
Premios
Premio
Nacional de Poesía 1951 por Rimas
Premio Mariano
de Cavia 1962
Premio
de la Crítica 1970 por El contenido del corazón
Premio
Miguel de Unamuno 1972
Premio
Nacional de Ensayo 1973
Premio
José Lacalle 1975
Premio
Ciudad de Melilla de Poesía 1981
Premio
Cátedra de Poesía Fray Luis de León-Ciudad de Salamanca 1982
Medalla
de honor de la Fundación Rodríguez Acosta (1986)