Pedro
Antonio de Alarcón y Ariza, periodista, político, escritor y
académico. Nació en Guadix (Granada) en 1833 y murió en Madrid en
1891 a los 58 años de edad.
Fue
un escritor que perteneció al movimiento realista, en el que
destacó como uno de los artífices del fin de la prosa romántica.
Tuvo una intensa vida ideológica; como sus personajes, evolucionó
de las ideas liberales y revolucionarias a posiciones más
tradicionalistas.
Familia
Su
familia era de origen humilde. En 1865 se casó con Paulina Contreras
Rodríguez en Granada, de cuyo matrimonio nacieron cinco hijos, dos
varones y tres mujeres. Los varones fallecieron en Madrid, al igual
que dos de las hijas, casándose la única que sobrevivió, Carmen de
Alarcón Contreras que tuvo tres hijos.
Formación
Aunque
su familia provenía de hidalgos era más bien humilde, aunque no
tanto como para no poder permitirse enviarlo a estudiar Derecho en
la Universidad de Granada, carrera que abandonó pronto para
iniciarse en la eclesiástica. Aquello tampoco le satisfizo y
abandonó en 1853 para marchar a Cádiz, donde fundó “El Eco
de Occidente”, junto a Torcuato Tárrago y Mateos, iniciando
su carrera periodística en la dirección de este periódico.
Inicios
literarios
Alarcón
escribía desde su adolescencia. Su primera obra narrativa, “El
final de Norma”, fue escrita a los dieciocho años y publicada en
1855. Sus inquietudes le llevaron a integrarse en el grupo que se
llamó la “Cuerda granadina”.
Molesto
con el entorno reaccionario de Granada, se trasladó en 1854 a
Madrid y allí creó y dirigió un periódico satírico, titulado “El
Látigo”, con ideología antimonárquica, republicana y
revolucionaria. Sus invectivas contra la reina Isabel II le
reportaron ser desafiado a duelo por el escritor
venezolano Heriberto García de Quevedo desde las páginas
de El León Español, en el cual defendía a la reina. Aunque
Alarcón disparó primero, falló, y García de Quevedo, que tenía
amplia experiencia como duelista, disparó al aire perdonándole la
vida. Este hecho, central en su vida, le hizo replantearse por
completo sus valores e ideas; abandonó la redacción de El
Látigo y se retiró para descansar a Segovia mientras
sufría una gran crisis moral.
Conservador
Ya
con una ideología conservadora, en la prensa publicó numerosos
relatos y novelas cortas que le aseguraron un puesto entre los
primeros narradores del país.
En
1857 inicia también su carrera teatral estrenando “El hijo
pródigo”, drama de gran éxito entre el público.
Guerra
de Africa
En
1859 intervino como soldado y periodista en la Guerra de África,
recogiendo todo lo que acontecía en la campaña y en su vida allí;
regresó herido y condecorado, y reunió esos artículos bajo el
título de “Diario de un testigo de la guerra de África” (1859).
Fue este libro muy apreciado y leído en su tiempo por su viva y
prolija descripción de la vida militar, y sus reimpresiones
terminaron por rendirle una auténtica fortuna y una celebridad no
pequeña.
Viajero
Gracias
a su situación económica más desahogada pudo dedicarse a viajar y,
de paso, cultivar el género del libro de viajes, contando en
diversos artículos su itinerario por Italia (recogidos en “De
Madrid a Nápoles”, 1861) y su provincia de Granada natal
(La Alpujarra, 1873), así como otros en “Mis viajes por España”,
en los que el realismo de las descripciones contrasta con la ilusión
de una prosa que narra lo cercano y desconocido.
Política
Alarcón
pasó de un liberalismo exaltado a un conservadurismo moderado en su
madurez.
Después
de sus viajes se instaló en Madrid protegido por sus amigos de
la Unión Liberal, entre ellos el mismo O'Donnell y el
poeta Nicomedes Pastor Díaz. De nuevo interviene en política a
favor de estos en 1863. Y más tarde funda el periódico “La
Política” y fue elegido diputado por Cádiz.
En
1865 fue desterrado a París y vuelto a España, participó en
la batalla de Alcolea y con el triunfo de La
Gloriosa en 1868 fue nombrado ministro plenipotenciario en
Suecia; pero renunció y obtuvo un acta de diputado por Guadix.
Apoyó
la candidatura del duque de Montpensier, y al fracasar su
candidatura al trono abogó por el hijo de la Isabel II
exiliada, Alfonso XII.
Cargos
públicos
Ostentó
diversos cargos públicos, de los que el más importante fue el de
consejero de estado con Alfonso XII, en 1875. Fue embajador
en Noruega y Suecia.
Publicaciones
relevantes
En
1874 publicó “El sombrero de tres picos”, y fue reimpreso varias
veces y traducido a diez lenguas. Es su obra más reconocida, e
inspiró varias operetas y la famosa suite homónima del
compositor Manuel de Falla.
En
1875, publicó “El escándalo”, una novela muy autobiográfica y
ejemplarizante que lo sitúa entre los llamados "neos"
o neocatólicos; a pesar de las críticas de los progresistas,
el autor la consideraba su obra favorita.
Años
más tarde, Pedro Antonio de Alarcón, se convirtió en un maestro
del relato corto al dar a luz en dos años tres colecciones de
cuentos excelentes: “Historietas nacionales” (1881), donde
abundan los ambientados en la Guerra de la Independencia;
“Cuentos amatorios” (1881), escritos con un tono de gracia
maliciosa, y “Narraciones inverosímiles” (1882), en que domina
el tema fantástico.
Hacia
1887, convencido de que en el camino del realismo lo había dado
todo, se condenó al silencio. Tal vez influyeron las críticas de
sus antiguos correligionarios liberales.
En
Internet se encuentra la relación completa de su obra.
Academias
Fue
académico de la Real Academia Española desde 1877.
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