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viernes, 24 de enero de 2020

Pedro Antonio de Alarcón



Pedro Antonio de Alarcón y Ariza, periodista, político, escritor y académico. Nació en Guadix (Granada) en 1833 y murió en Madrid en 1891 a los 58 años de edad.
Fue un escritor que perteneció al movimiento realista, en el que destacó como uno de los artífices del fin de la prosa romántica. Tuvo una intensa vida ideológica; como sus personajes, evolucionó de las ideas liberales y revolucionarias a posiciones más tradicionalistas.

Familia

Su familia era de origen humilde. En 1865 se casó con Paulina Contreras Rodríguez en Granada, de cuyo matrimonio nacieron cinco hijos, dos varones y tres mujeres. Los varones fallecieron en Madrid, al igual que dos de las hijas, casándose la única que sobrevivió, Carmen de Alarcón Contreras que tuvo tres hijos.

Formación

Aunque su familia provenía de hidalgos era más bien humilde, aunque no tanto como para no poder permitirse enviarlo a estudiar Derecho en la Universidad de Granada, carrera que abandonó pronto para iniciarse en la eclesiástica. Aquello tampoco le satisfizo y abandonó en 1853 para marchar a Cádiz, donde fundó “El Eco de Occidente”, junto a Torcuato Tárrago y Mateos, iniciando su carrera periodística en la dirección de este periódico.

Inicios literarios

Alarcón escribía desde su adolescencia. Su primera obra narrativa, “El final de Norma”, fue escrita a los dieciocho años y publicada en 1855. Sus inquietudes le llevaron a integrarse en el grupo que se llamó la “Cuerda granadina”.
Molesto con el entorno reaccionario de Granada, se trasladó en 1854 a Madrid y allí creó y dirigió un periódico satírico, titulado “El Látigo”, con ideología antimonárquica, republicana y revolucionaria. Sus invectivas contra la reina Isabel II le reportaron ser desafiado a duelo por el escritor venezolano Heriberto García de Quevedo desde las páginas de El León Español, en el cual defendía a la reina. Aunque Alarcón disparó primero, falló, y García de Quevedo, que tenía amplia experiencia como duelista, disparó al aire perdonándole la vida. Este hecho, central en su vida, le hizo replantearse por completo sus valores e ideas; abandonó la redacción de El Látigo y se retiró para descansar a Segovia mientras sufría una gran crisis moral.

Conservador
Ya con una ideología conservadora, en la prensa publicó numerosos relatos y novelas cortas que le aseguraron un puesto entre los primeros narradores del país.
En 1857 inicia también su carrera teatral estrenando “El hijo pródigo”, drama de gran éxito entre el público.

Guerra de Africa

En 1859 intervino como soldado y periodista en la Guerra de África, recogiendo todo lo que acontecía en la campaña y en su vida allí; regresó herido y condecorado, y reunió esos artículos bajo el título de “Diario de un testigo de la guerra de África” (1859). Fue este libro muy apreciado y leído en su tiempo por su viva y prolija descripción de la vida militar, y sus reimpresiones terminaron por rendirle una auténtica fortuna y una celebridad no pequeña.

Viajero

Gracias a su situación económica más desahogada pudo dedicarse a viajar y, de paso, cultivar el género del libro de viajes, contando en diversos artículos su itinerario por Italia (recogidos en “De Madrid a Nápoles”, 1861) y su provincia de Granada natal (La Alpujarra, 1873), así como otros en “Mis viajes por España”, en los que el realismo de las descripciones contrasta con la ilusión de una prosa que narra lo cercano y desconocido.

Política

Alarcón pasó de un liberalismo exaltado a un conservadurismo moderado en su madurez.
Después de sus viajes se instaló en Madrid protegido por sus amigos de la Unión Liberal, entre ellos el mismo O'Donnell y el poeta Nicomedes Pastor Díaz. De nuevo interviene en política a favor de estos en 1863. Y más tarde funda el periódico  “La Política” y fue elegido diputado por Cádiz.
En 1865 fue desterrado a París y vuelto a España, participó en la batalla de Alcolea y con el triunfo de La Gloriosa en 1868 fue nombrado ministro plenipotenciario en Suecia; pero renunció y obtuvo un acta de diputado por Guadix.
Apoyó la candidatura del duque de Montpensier, y al fracasar su candidatura al trono abogó por el hijo de la Isabel II exiliada, Alfonso XII.

Cargos públicos

Ostentó diversos cargos públicos, de los que el más importante fue el de consejero de estado con Alfonso XII, en 1875. Fue embajador en Noruega y Suecia.

Publicaciones relevantes

En 1874 publicó “El sombrero de tres picos”, y fue reimpreso varias veces y traducido a diez lenguas. Es su obra más reconocida, e inspiró varias operetas y la famosa suite homónima del compositor Manuel de Falla.
En 1875, publicó “El escándalo”, una novela muy autobiográfica y ejemplarizante que lo sitúa entre los llamados "neos" o neocatólicos; a pesar de las críticas de los progresistas, el autor la consideraba su obra favorita.
Años más tarde, Pedro Antonio de Alarcón, se convirtió en un maestro del relato corto al dar a luz en dos años tres colecciones de cuentos excelentes: “Historietas nacionales” (1881), donde abundan los ambientados en la Guerra de la Independencia; “Cuentos amatorios” (1881), escritos con un tono de gracia maliciosa, y “Narraciones inverosímiles” (1882), en que domina el tema fantástico.
Hacia 1887, convencido de que en el camino del realismo lo había dado todo, se condenó al silencio. Tal vez influyeron las críticas de sus antiguos correligionarios liberales.
En Internet se encuentra la relación completa de su obra.

Academias

Fue académico de la Real Academia Española desde 1877.

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