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sábado, 22 de febrero de 2020

Manuel Rivera Hernández




Manuel Rivera Hernández, pintor, profesor y académico. Nació en Granada en 1927 y murió en Madrid en 1995 a los 67 años de edad.
Fue miembro fundador del Grupo El Paso. Precursor en España del informalismo y la abstracción, creó su propio lenguaje con la tela metálica. Manuel Rivera ha sido un artista en actividad experimental constante hasta sus últimos días. Su vida como hombre y como artista siempre fue la búsqueda. Fue reconocido con grandes premios honoríficos.

Familia

Cuando Manuel solo tenía nueve años estalló la Guerra Civil española. Al poco de terminar el conflicto, fallecieron su madre y dos de sus hermanos, acontecimiento que marcaría de forma irremediable su vida, y también su trayectoria, ya que su obra se tornaría melancólica e introspectiva. Estuvo casado con Mary Navarro, que también se dedicaba a la pintura.

Formación

Desde su infancia mostró gran disposición para la pintura y la escultura, por lo que su padre lo envió al taller del imaginero, Martín Simón, con el que aprendió el oficio, trabajando la madera y el yeso. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Granada.
En 1945, ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla,
A los quince años, realizó su primer viaje a Madrid, quedando deslumbrado en su visita al Museo del Prado.
Asistió en 1953 al Curso Internacional de arte abstracto, que marcó un punto importante, ya que empezó a definir su forma de trabajar y recibió numerosas influencias. A finales de este año, aparece un espacio puro y comenzó a pintar con capas espesas de pintura creando formas que flotan.

Docencia

En 1947 fue nombrado profesor de pintura y dibujo de la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla

Exposiciones

En 1947, con 20 años, expuso por primera vez su obra en la Asociación de la Prensa de Granada y también fue seleccionado para participar en la Primera Bienal de Arte Hispanoamericano de Madrid, dominando en esta época el arte figurativo.
En 1953, el Instituto de la Cultura Hispánica, le invita a participar en el Curso internacional de Arte Abstracto celebrado en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo de Santander. En el transcurso de las actividades que allí tuvieron lugar, Manuel tuvo la oportunidad de conocer a numerosos artistas y críticos de arte.
Su participación en las ediciones de la Bienal de Hispanoamérica refuerzan el peso de su nombre.
En 1956, Rivera viaja a París donde toma contacto con el arte contemporáneo de su tiempo, a la vez que busca su propio lenguaje.
En 1959, realizó su primera exposición individual en Madrid, en las salas del Ateneo. En 1965, participó en la exposición Adquisiciones recientes en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y expuso en diversas ciudades de Estados Unidos, así como de Marruecos y Sudáfrica.
Representó a España junto con Millares en la IV Bienal de São Paulo. Ahí comenzó una lucha sin cuartel con el lienzo, en busca del espacio. Prescindió entonces del color refugiándose en el blanco y negro.
En São Paulo tuvo una clamorosa aceptación, así que en 1958 fue nuevamente seleccionado para la Bienal de Venecia. Llegaron entonces la fama creciente y el interés de los galeristas más importantes.
Participó en muchas más exposiciones algunas de ellas antológicas de su obra.

Grupo El Paso

En 1957, junto con los artistas Antonio Saura, Manolo Millares, Martín Chirino, Rafael Canogar, Luis Feito, Antonio Suárez, Pablo Serrano, Juana Francés y los críticos de arte Manuel Conde y José Ayllón, fundó El Paso (que como tal grupo se disolvió en 1960), el cual supuso la plena introducción del informalismo en España.
La primera exposición del grupo feu en la Galería Bucholz de Madrid, en la que Manuel presentó sus telas metálicas, realizadas en un solo plano. Su integración en El Paso marcará su trayectoria de forma sustancial, empezando a ser conocido a nivel nacional e internacional. El artista granadino se muestra acorde con su grupo y muestra una doble condición, internacional y castiza. Apuesta por una abstracción cargada con tintes expresivos y concede gran importancia a la identidad abrupta de lo matérico. El Museo de Arte Contemporáneo adquirió un cuadro suyo para la colección permanente.

Relevancia

En 1960, Pierre Matisse, hijo del famoso pintor, le pidió que entrara a formar parte de su célebre Galería en Nueva York, donde aquel mismo año presentó una exposición personal. Muchas otras muestras tuvieron lugar en importantes Instituciones. Los museos Guggenheim y el de Arte Moderno, de Nueva York y la Tate Gallery de Londres adquirieron obras suyas. Entró a formar parte, en 1961, de la Galería Biosca, dirigida entonces por Juana Mordó, que sería a partir de aquel momento, su marchante (a su muerte, y desde mediados de la década de 1980, Elvira Gonzalez pasó a ser su galerista). Continuó exponiendo en diversos lugares de Europa y Estados Unidos.

Segunda etapa

En 1967 inició la que sería su segunda etapa pictórica, con la serie Papeles japoneses, en la que accedió a nuevos procedimientos técnicos, con una gran influencia del arte oriental y una intensificación del color.
En 1985 llevó a cabo la obra “El Testamento Andaluz” (propiedad actual del Parlamento Andaluz); un conjunto de ocho cuadros dedicados a las ocho provincias andaluzas, acompañados de veinticuatro dibujos, con poemas de Antonio Gala.

Estilo

Durante su periodo de formación las pinturas de Rivera son en su mayoría figurativas, no obstante, sus cuadros apuntaban a una ruptura con la forma tradicional, de la que pronto se distanciaría, la preocupación espacial y el tema de la luz, son temas a los que hace referencia a lo largo de su obra madura.

Crisis

Sumido en una profunda crisis, descubrió por fin como salir del material pictórico tradicional. A partir de 1956 se produce el encuentro con la tela metálica. La materia dejará atrás su protagonismo inicial para pasar a ser un mero vehículo de la expresión.
La tela metálica acabaría desmaterializándose y deshaciéndose en brazos del aire, la luz y sus efectos. Comenzó a trabajar realizando obras sobre un solo plano, a modo de collage, mallas metálicas sujetas por un bastidor de hierro.
En 1977, rompió bruscamente con el lirismo anterior. Introdujo en las telas metálicas elementos que emplearía desde entonces, tales como collares erizados de puntas mortales, bocados de caballo, enganches herrumbosos y alambradas zurciendo heridas.

Academias

En 1984 fue elegido académico de número de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, donde, desde su sillón, representó a una generación comprometida con su tiempo.
En 1993 fue elegido miembro titular de la Academia de Ciencias, Artes y Letras de Europa. 
En 1985 fue nombrado miembro del Patronato de la Alhambra y el Generalife, cargo que recibió con entusiasmo y que desempeñó hasta el final de su vida. 

Premios

Obtuvo el Premio Pittsburgh Internacional del Carnegie Institute y el Premio de Honor de la Bienal Internacional de Arte de Tokio.

Reconocimientos honoríficos

  • Al inicio de la década de 1980 recibió del Ayuntamiento de Madrid, la Medalla de la Ciudad, por haber terminado un gran mural para el Museo de Escultura al Aire Libre, situado en el Paseo de la Castellana.
  • Obtuvo la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
  • Le fue concedida la Gran Cruz de Isabel la Católica.
  • Consiguió la Medalla al Mérito en las Bellas Artes.
  • El Gobierno francés le concedió la Cruz de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia.
  • En 1987, la Asociación de Escritores y Artistas Españoles le concedió la Medalla de Honor de las Artes.
  • Le fue concedido el título de Hijo Predilecto de Andalucía y también se le nominó Andaluz del año.



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