Joaquín
García Labella, político, jurista doctor y catedrático.
Nació en Granada en 1905 y murió fusilado por la represión del
bando franquista en Granada en 1936 a los 31 años de edad.
La
maldita Guerra Civil truncó la vida de uno de los personajes más
brillantes del Derecho de su época.
Familia
Hijo
de Joaquín García Tarifa y de Encarnación Labella Navarrete.
Casado con Isabel Fernández-España Vigil, Tras su muerte dejó una
hija.
Formación
Estudió
con sobresaliente el bachillerato en Granada, y con 19 años fue
premio extraordinario en la licenciatura de Derecho por la
Universidad de Granada, donde fue discípulo de Fernando de los Ríos.
Completó estudios en Derecho Publico en la Universidad de Pisa
(Italia), en Francia y en la London School of Economics del Reino
Unido; en 1926 se doctoró en Derecho en la Universidad Central de
Madrid.
Docencia
Tras
padecer represión por la dictadura de Primo de Rivera, en 1930 se
trasladó a Salamanca como catedrático de derecho político,
compatibilizando su trabajo con el de magistrado en la sala de lo
contencioso-administrativo de la Audiencia Provincial.
Tomó
posesión de la cátedra de Derecho Político de Granada en 1933. Fue
uno de los integrantes de la Escuela de Granada o Escuela Mudéjar de
Ciencias Sociales, en la que estaban desde Fernando de los Ríos
hasta Enrique Gómez Arboleya, Luis Sánchez Agesta, y Francisco
Murillo Ferrol.
Masón
En
1927 ingresó con el nombre simbólico de Aventojail en la logia
masónica Alhambra de Granada, a la que también pertenecieron
Federico García Lorca, Bonilla Marín y Alejandro Otero. Durante los
años 30 era miembro de la tertulia El Rinconcillo del Café Alameda
donde se codeó con buena parte de la intelectualidad granadina como
Francisco y Federico García Lorca, Manuel de Falla, José y Manuel
Fernández-Montesinos, Hermenegildo Lanz, Constantino Ruiz
Carnero, director del Defensor de Granada, Manuel Ángeles Ortiz,
etc, llegando a estar al frente del Ateneo.
Segunda
República
Con
la proclamación de la Segunda República tras
las elecciones municipales de 1931, fue nombrado gobernador
civil de La Coruña (hasta junio del mismo año).
Incorporado a Acción Republicana (AR) primero, y
a Izquierda Republicana (IR) después, en 1932 ocupó el
gobierno civil de Cádiz y al año siguiente el de
Sevilla. En 1933 ocupó durante un tiempo el cargo de
director general de Administración Local, retirándose de la
política activa para reincorporarse a la cátedra granadina, si bien
permaneció como asesor jurídico en el ayuntamiento de Granada.
Formó parte de las listas de la Coalición Republicana en las
elecciones a Cortes de 1933 y de 1936.
Golpe
de Estado de 1936 (Fusilamiento)
Tras
la insurrección de los militares el 18 de julio de 1936 comenzó
una durísima represión en Granada. Joaquín García Labella
fue ingresado en la prisión provincial de Granada el 28 de julio de
1936, acusado de posesión de armas. El 13 de agosto solicitó ayuda
al Capitán Nestares, oficial falangista, quién lo trasladó al
campo “La Colonia”, en Viznar, transformado en cárcel para los
condenados a muerte. Allí fue humillado por Nestares obligándole a
incorporarse a una unidad militar rebelde con el uniforme falangista,
y a llevar un mandil que lo identificaba como masón. En «La
Colonia» también estaban el gobernador civil de Jaén
Francisco Rubio Callejón, el catedrático de Química Jesús
Yoldi, los concejales del Ayuntamiento Manuel Salinas Pérez de
Izquierda Republicana, y el socialista José Valenzuela Marín, todos
encargados del enterramiento de los fusilados.
Un
teniente coronel retirado de la guardia civil, Isidoro Torres Soto,
cuyo hijo había sido fusilado por los sublevados por «tendencias
izquierdistas», se quejó de la presencia en “La Colonia de
ciertos presos, profesores de Universidad, que le habían imbuido las
ideas que le habían costado la vida a su hijo”. Un día después,
la Comandancia Militar trasladó a Granada a García Labella, Rubio
Callejón y otros detenidos. García Labella fue sometido a un
simulacro de juicio del que no hay constancia documental alguna, en
cumplimiento de las instrucciones verbales (“ordenes comunicadas”)
de Queipo de Llano de no levantar actas ni diligencias en los
Consejos de Guerra sumarísimos para evitar que quedara constancia
para el futuro; fueron simplemente asesinatos masivos.
Joaquín
escribió 2 cartas, una a su esposa Isabel y otra a sus padres, ambas
redactadas con ánimo y una serenidad extraordinaria. En ellas
perdona a los que le van a fusilar y pide a su familia que haga lo
mismo y ruega vendan los muebles y sus libros para el sustento
inmediato de su esposa e hija, a quienes recomienda vuelvan a
Galicia. Joaquín García Labella fue fusilado la madrugada del 25 de
agosto de 1936 en el cementerio granadino de San José junto a otros
37 presos Republicanos, entre ellos Rubio Callejón. Más víctimas
de la represión “en caliente” de los militares sublevados contra
la II República. Como a otras familias de catedráticos Republicanos
granadinos represaliados por el franquismo, su viuda y su hija
padecieron la incautación de sus bienes.
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