Emilio
Orozco Díaz, historiador, doctor, catedrático y académico.
Nació en Granada en 1909 y murió en Granada en 1987 a los 77 años
de edad.
Destacó
como historiador de la literatura y el arte español, especialista
en el período barroco y, en general, el Siglo de Oro español.
Familia
Formación
Inició
su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Granada para,
posteriormente, estudiar Lengua y Literatura en la Universidad
de Granada.
Este
doble interés y la relación entre la literatura y las demás artes
fueron el eje central del conjunto de sus trabajos y estudios
posteriores, también de su vocación docente
En
1944 obtuvo el doctorado en la entonces Universidad Central
de Madrid (hoy Complutense) con una tesis sobre el pintor Pedro
Atanasio Bocanegra y la Escuela granadina de pintura.
Realizó
numerosos viajes por España y el extranjero sobre todo Italia.
Docencia
Inició
su carrera docente como catedrático de dos centros de secundaria
granadinos: el Instituto Ángel Ganivet y el Padre Suárez (a este
último permaneció vinculado toda su vida). Después ganó la
cátedra de Literatura española en la Universidad de Granada que
ocupó hasta su jubilación en 1979.
Cargos
universitarios
Fue
decano de la Facultad de Filosofía y Letras nueve años (1951-1960).
Su
dedicación a la Universidad de Granada en muchas responsabilidades
se coronó al final de su vida académica con el cargo de
Vicerrector.
Publicaciones
y divulgación
Publicó
veintiséis libros y más de ciento setenta artículos en
publicaciones y revistas especializadas.
El
primer libro que marca el conjunto de sus publicaciones y trabajos
fue “Temas del Barroco. De poesía y pintura”, (1947) una obra de
referencia donde apuntó por vez primera la necesidad de superar la
mera concepción formal y de simple morfología del barroco en las
artes, para adentrarse en sus raíces históricas, incluso
psicológicas, lo que explicaba el trasunto temático en todas las
formas artísticas en las que se manifestó ese período. Así cruzó
desde Góngora a San Juan de la Cruz,
de Velazquez a Alonso Cano, de la poesía y el teatro
a la pintura y la escultura.
Si
bien el Barroco fue el gran tema de su vida de investigador, hay
muchos otros por los que se apasionó y en los que destacó y señaló
nuevas sendas: los grandes poemas barrocos granadinos, la poesía
carmelitana y la lírica de San Juan de la Cruz, la obra de Góngora
y su recepción conflictiva, La Celestina a nueva luz, la teatralidad
barroca, el sentimiento de la naturaleza en la poesía española, los
“caminos” de Antonio Machado y sus apuntes críticos sobre
Francisco Ayala. A todo ello habría que unir sus monografías de
arte sobre Pedro Atanasio Bocanegra, Sánchez Cotán, Velázquez,
Alonso Cano y sus trabajos sobre el manierismo, un estilo que definió
con reconocido acierto.
Iniciativas
Llevó
a cabo una actividad muy reconocida en el Patronato de la Alhambra y
Generalife, en la Real Academia de Bellas Artes de Granada, en la
Fundación Rodríguez-Acosta y en el Museo Provincial de Bellas
Artes, que fundó y dirigió durante décadas.
Academias
Fue
académico de la Real Academia de Bellas Artes de Granada.
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