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miércoles, 26 de febrero de 2020

CARLOS CANO



Carlos Cano Fernández, poeta, cantautor y compositor, conocido artísticamente como Carlos Cano. Nació en Granada en 1946 y murió en Granada en el 2000 a los 54 años de edad.
Carlos Cano recuperó estilos tradicionales andaluces, especialmente la copla. La obra de Carlos Cano se sitúa en el terreno de lo intemporal, de lo permanente, de lo clásico que vuela por encima de estilos y modas, de lo que ya pertenece a la cultura musical de Andalucía.

Familia

Su familia era de origen republicana, uno de sus abuelos fue fusilado al comienzo de la Guerra Civil, en Granada, donde era capitán en la fábrica de pólvora de El Fargue. Su madre y su hermano Javier murieron de la misma enfermedad genética que él. Estuvo casado con Alicia Sánchez y tuvieron dos hijas Paloma y Amaranta. De una relación posterior tuvo otro hijo llamado Pablo.

Emigración

A los 18 años emigró a Suiza, donde trabajó en un hotel, y luego a Alemania, en la imprenta de la revista Der Spiegel, de allí pasó a Holanda, donde se enroló como marinero en el puerto de Rotterdam.
Esta experiencia junto a la situación de precariedad y desigualdades que había en Andalucía le marcaron profundamente y se vio reflejada en su primer tema La miseria o El Salustiano, donde cuenta la pobreza y la tristeza que sintió al tener que abandonar Granada para cambiarla por los grises paisajes industriales del norte de Europa.

Manifiesto Canción del Sur

Carlos Cano regresó a Granada y participó en 1969 en la fundación del “Manifiesto de la Canción del Sur” junto a Juan de Loxa, Enrique Moratalla y Antonio Mata.
Comenzó a cantar en la universidad y pequeños auditorios. Su canción “Verde, blanca y verde” pronto se convirtió en un emblema y en el himno oficioso de Andalucía, coreado masivamente por el público que asistía a sus conciertos.
Estuvo en París, en 1972 cantando en el homenaje que hizo la UNESCO a Federico García Lorca allí conoció a Enrique Morente, Lluis Llach e Ian Gibson. A finales de 1975, Carlos Cano abandonó el Manifiesto, porque buscaba ampliar sus horizontes.

Canciones reivindicativas

Su primera época como artista coincidió con la Transición Española, fue marcadamente política y sus canciones se unieron a la reivindicación general de una España democrática y una Andalucía libre.

Década de 1980

En la década de 1980 giró hacia el intimismo por el desencanto provocado por el ver en qué quedaron los sueños de la década de 1970 y creó discos ampliando su repertorio con tangos, boleros o rumbas.

Copla andaluza

Carlos Cano empezó a reivindicar la copla andaluza como canción popular, con los discos Cuaderno de coplas y Quédate consiguiendo superar el uso maniqueo que había tenido durante el franquismo que le había supuesto el desprecio de la modernidad.
Carlos Cano fue el primer artífice de esta reivindicación, continuada posteriormente por artistas como Martirio o Pasión Vega quien en 2014 le dedicó un disco Pasión por Cano.

Federico García Lorca

En 1998 puso la música a los poemas “Diván del Tamarit”, de Federico García Lorca, que contó con la colaboración de Leo Brouwer, la Orquesta Filarmónica de Londres, el Orfeón Donostiarra, Paco Ibáñez, Santiago Auserón o Marina Rossell.

Discografía

A lo largo de su carrera, Carlos Cano se editaron más de 20 álbumes, que recorrieron una vida marcada por el compromiso y la fidelidad a sus raíces y a su tierra.
Entre sus temas más conocidos caben destacar “Verde, blanca y verde”, “María la Portuguesa”, “La murga de los currelantes”, “Tango de las madres locas”, “Qué desespero”, “Habaneras de Cádiz”, “Un vaso de té verde” o “La metamorfosis”.

Crítica

La grandeza de Carlos Cano no es una apreciación vana. En ella coinciden tres premios Nobel con palabras que enmarcan con justicia su obra.
Mario Vargas Llosa (Premio Nobel de Literatura en 2010) ha escrito: “Gracias también, querido Carlos, por haber sabido ser popular sin ser superficial ni vulgar, por haber sido un bardo ético y civil rehuyendo la demagogia y los estereotipos y por haber llegado al corazón de los jóvenes sin la menor concesión a las modas y asumiendo el riesgo y la dificultad”.
Rigoberta Menchú (Premio Nobel de la Paz en 1992) dijo: “Carlos Cano es música y poesía, voz animada por la amistad y el colorido de lo cotidiano, canto de libertad y dignidad”.
José Saramago (Premio Nobel de Literatura en 1998) afirmó: “Entre los cantores para quienes la canción es compañía del hombre, Carlos Cano es aquel que canta las historias que los propios hombres son. Por eso sus poemas están cargados de gente, por eso su música es de las voces de los cuatro caminos”.

Solidario

Tras el nacimiento de su hijo Pablo, fruto de su relación con Eva Sánchez proyectó el trabajo “Así cantan los niños de Cuba”, grabado con voces de niños y niñas del Coro Solfa de la Schola Cantorum Coralina junto con las de ganadores de festivales de la canción infantil de la isla. El disco fue nominado a Grammy Latino en 2001, sirvió de apoyo a la organización no gubernamental Proyecto Mundo y a la organización de pioneros de Cuba José Martí.
Presidió la Fundación por los Pueblos Indígenas y una asociación para acoger a niños saharauis enfermos.

Enfermedad y muerte

En 1995 fue ingresado en el Hospital San Cecilio por un aneurisma de aorta, enfermedad genética. Fue trasladado en un avión-ambulancia a Nueva York. Sufría una disección de aorta que fue intervenida en la clínica neoyorquina Monte Sinaí.
Regresó a España y describió con extraordinaria sensibilidad su experiencia, a la que revistió de un tono alucinante y poético, y prometió escribir unas Habaneras de Nueva York que en realidad fueron como una segunda inscripción de nacimiento que aparecía enunciada desde el primer verso: "Nací en Nueva York,/ provincia de Graná". 
En el año 2000 se reprodujo el aneurisma en el asiento de un avión que lo trasladaba a Madrid. Una médico detectó la gravedad de Carlos Cano y una ambulancia le trasladó de Barajas al Hospital Universitario de San Cecilio, siendo ingresado e intervenido durante más de 7 horas y tras una tensa espera de tres semanas, falleció el 19 de diciembre del 2000.

Reconocimientos honoríficos
  • En 2001 fue nombrado a título póstumo Hijo Predilecto de Andalucía
  • El Ayuntamiento de Granada le dedicó una plaza en el barrio del Realejo. En Cádiz tiene otra frente a La Caleta. Córdoba también tiene una calle con su nombre, así como innumerables pueblos y ciudades de Andalucía.

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